jueves, 9 de abril de 2009

Un día muy triste. Adiós abuelo Emilio.

La vida constantemente nos va enseñando cosas. Nuevamente me repitió la lección, esta vez de forma muy dura, que no se puede controlar o planificar todo en la vida. Jamás en todos los escenarios posibles que pude haber imaginado pensé que la llegada de mi primer hijo podría darse de esta forma. A las semanas de haber recibido la feliz noticia nos llega otra muy diferente: la enfermedad del “abuelo Emilio”. Todavía hoy me cuesta bastante hablarlo. Siento un dolor norme con el que creo que voy a convivir siempre. Me duele sobre todo el abuelo que se perdió Simón. Estoy segura que hubiera sido un excelente abuelo. Estoy segura.
El embarazo transitó junto con la enfermedad, que llegó a su final en agosto de 08. Esa fue otra gran lección de esas que no se olvidan.
Para ayudarnos a transitar este camino asistíamos a un talle de musicoterapia. Fue un gran espacio para poder tomarnos un rato solo para nosotros tres en medio de tantas otras cosas; y fue Gabriel, el musicoterapeuta, quien nos recomendó que seamos totalmente sinceros con el bebe, aun cuando estuviera todavía por nacer.
De las cosas que uno recibió en su infancia hay algunas que le gustaría pasárselas a su hijo y otras que no. Tratar de sobreproteger o de evitarle las situaciones dolorosas era algo que no quería pasarle a mi hijo y en este caso no quedaba otra salida tampoco: no podía engañarlo, no podía ocultárselo, el estaba dentro mío; debíamos necesariamente pasar por esto juntos. Así que una vez mientras me bañaba, que era el memento en que solía charlar con Simón y contarle las cosas hermosas que le esperaban de este lado, le conté como venia la mano y por lo que íbamos a tener que pasar. Le conté que mama iba a estar muy triste porque tenia que despedirse de su abuelo al que quería mucho, pero que la tristeza no tenia que ver con el. Que en la vida muchas veces hay cosas tristes pero también muchas hermosas y alegres.
Fui todo lo honesta que pude con Simón y así fue que pasamos todo ese momento doloroso con la tranquilidad de que no le haría ningún mal a mi hijo. Juntos. Llore todo lo que tenia que llorar. Simón estuvo bien.
Iniciamos nuestra relación madre hijo de forma honesta y mi mayor deseo es que así continúe.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Uau! Qué líneas! Emocionantes. Es increíble tu poder para transminitr sentimientos. Te felicito. Y qué buenas decisiones que tomaste. Hablar con Simón de esa forma, qué buena madre vas a ser, no lo dudo! Un beso, Fede.

roilando dijo...

q lindas palabras Rox. sin duda un excelente abuelo q Simon conocera por relatos. un tipazo.

RJR dijo...

Me emocionaste...sin Palabras. La sinceridad es fundamental. Los viejos solían decir: Al pan pan y al vino vino. Sabiduría...sin duda